La Parábola de Maradona







La parábola de Maradona

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Parábola según el diccionario; “curva abierta / sección cónica de excentricidad igual a 1”, pero también; “narración breve y simbólica de la que se extrae una enseñanza moral”.

Esta es la historia de un momento épico. El gol imposible, el mejor tiro libre de la historia del fútbol, el preludio del éxito del hombre-ciudad, el triunfo del humilde sur sobre el poderoso norte.

1. El tobillo de Diego

Este relato comienza en 1983. El 24 de septiembre de ese año, Diego Maradona sufría la peor lesión de su carrera. Jugando para el Barcelona y en un partido correspondiente a La Liga de España, Andoni Goikoetxea, jugador del Athletic Bilbao, le cometía una violenta infracción que le causó la fractura del maléolo externo e interno, además de la rotura del ligamento del tobillo izquierdo. Maradona, a sus 22 años, estaría 106 días fuera de las canchas debido a esta lesión.

Luego de una operación que lo dejó con 30 puntos de sutura en su tobillo izquierdo, comenzó un proceso de recuperación que enfrentó a Maradona con el cuerpo médico y dirigentes del Barcelona. Contrario a lo dispuesto por su club, Maradona decidió llamar por su cuenta al doctor Rubén Darío Oliva y ponerlo al frente de su recuperación. Tal fue la situación que Jorge Cyterszpiler, el representante de Diego, prometió a los dirigentes catalanes resarcir económicamente al Barcelona si la recuperación con Oliva no llegaba a funcionar.

Uno de los principales conflictos fue que Oliva resolvió sacar el yeso a la pierna de Maradona apenas 7 días después de la operación, mientras que el cuerpo médico del Barcelona pretendía hacerlo 20 días después siguiendo procedimientos más ortodoxos. Oliva les hizo entender que una de las claves del juego de Diego estaba en la movilidad de sus tobillos. Si Maradona hubiera hecho una recuperación tradicional, con yeso, seguramente esto hubiera tenido consecuencias mayores a las que ya tuvo en la movilidad de su tobillo izquierdo.

Cuenta Fernando Signorini, preparador físico personal de Maradona desde esta época en Barcelona, que entre agosto y septiembre de 1984 la recuperación siguió en USA por consejo de Oliva y también del doctor Madero. Maradona fue a visitar a un médico estadounidense, que era director de los servicios de salud de la Liga de Fútbol Americano, uno de los deportes en que se producen las lesiones más graves y en el que sus jugadores en ocasiones logran recuperarse. Inmediatamente después, y contrario a lo que quería el Barcelona, Maradona viajó a Argentina para completar su recuperación junto al afecto de su familia.

Fernando Signorini cuenta que, pese a la rápida recuperación, obviamente el tobillo no quedó igual, y que Maradona tuvo que volver a aprender a patear “Cuando Diego volvió a jugar, volvió rengo. Movía el tobillo de arriba para abajo. No podía girarlo. Estuvo seis meses trabajando en kinesiología. Se quedaba dos horas después de los entrenamientos… El daño que le produjo la lesión era irreparable. El radio de acción no iba a mejorar. Y se tenía que acostumbrar a vivir con eso. De modo que empezó a practicar una nueva manera de apoyar el pie, de hacer el recorrido con la zurda, de girar más la cadera y el hombro, de acercarse más a la pelota”.

Diego, gracias a su actitud y destreza físico-mental, promovió una serie de adaptaciones, movimientos y capacidades a su tobillo izquierdo que permitieron mejorar su golpe a la pelota. Maradona tuvo que reacomodar toda la secuencia biomecánica de su pierna izquierda, y gracias a esto, logró una mayor efectividad comparada con la que tenía antes, posibilitando remates que combinaban y ampliaban la precisión, fuerza y efecto. Estas nuevas capacidades en su tobillo serían la base para conseguir casi un año después un gol memorable, el mejor tiro libre de la historia del fútbol.

2. El norte poderoso y el humilde sur de Italia

Maradona jugando para el Napoli no es solo una historia futbolística. Diego conquistó no sólo un equipo o a una ciudad, sino a un pueblo entero que se rindió a sus pies por su carisma irreductible. Ese bautismo sagrado, esa comunión indisoluble tiene fecha exacta: 3 de noviembre de 1985. Ese día, Nápoles pudo ver cómo Maradona hacía añicos al todopoderoso Juventus, que lideraba la Serie A. Dos días después, el prestigioso periodista y escritor Gianni Mura publicaría una crónica notable: en ella pronosticaba la consagración del club del sur de Italia y la fusión perfecta que tendrían Maradona y esa ciudad.

Maradonapoli fue el título de la composición de Mura. “Tenía que detener a la Juve y la detuvo”, comenzó. “El imaginario popular no tiene en cuenta lo colectivo… Un hombre solitario al mando del barco de los sueños: su camiseta es blanquiceleste, su nombre es Diego Armando Maradona, su izquierda es implacable”.

Rendido luego del triunfo napolitano, Mura explicó que Maradona ya no pertenecía a un club, sino a una ciudad entera. “No es un jugador del Napoli, sino un jugador de Nápoles. No es el capitán del Napoli, sino de Nápoles. Y como tal se expresa. No es su culpa que a menudo le hagan preguntas terriblemente triviales (pero la alegría y el dolor, pensándolo bien, también son triviales)”.

“Preste atención a cómo habla: como ministro, embajador, hombre de poder. Habla con responsabilidad, con profunda sinceridad e intuiciones singulares. Maradona es lo que parece y parece lo que es. Si Maradona puede. Nápoles puede”.

Mura continuó con su dedicatoria: “Napoli le ganó al rico, al invencible, al récord. Lo venció en un día nórdico, lluvia y barro, cuando hasta Dios parecía un jugador de la Juventus, el campo pesado a favor de las tropas blindadas y en contra de los juegos ligeros del pequeño rey. Incluso en una jugada a balón parado se expresa su talento balístico, otro gol de violinista, un trino al efecto…”.

“El hijo del carpintero de Lanús en Barcelona era un emigrante, pero no en Nápoles. Mejor aún, es como si el sobrino de los que salieron del muelle de Immacolatella hubiera regresado en avión. Quizás no había y no hay mucha diferencia entre un barrio bajo de Nápoles y uno de Buenos Aires. Y ciertas características de Maradona (el sentido y la necesidad de la familia numerosa y extendida) lo napolitano en proyección exterior, lo hacen adherirse cada vez más a su ciudad. Hay mucho sentimiento en el fútbol que produce Maradona, es un cohete en la ciudad de los incendios”.

Mura continuó con sus loas a Maradona: “Comparada con Milán, Turín, Roma, Nápoles es la única gran ciudad indivisa en vítores y, por lo tanto, unánime en encender y fruncir el ceño. No hay nadie que llore y que ría: ni aquí ni allá. Maradona entendió esto de inmediato y no necesitó ser fuerte para pelear. Le bastó ser él mismo: camiseta, jeans y zapatillas, y partidos de fútbol”.

“Maradona en la multitud nos embriaga, toda esa afición lo siente con y para él, como está con y para ellos, pero en serio. Otros profesionales del fútbol, incluso muy buenos, no están tan involucrados, aunque vivan en la torre de marfil. No se involucran, por pudor, miedo o sequedad. Maradona sí, y también es atento y sensible a las voces de abajo: no es el que marcha sobre ellas, sino el que cree en ellas”.

Por último, Mura remata: “Rara vez, creo, nuestro fútbol ha mostrado un vínculo tan inmediato entre el alma de una ciudad y la de un hombre. El idioma también ayuda: guappo, guapo, también lo entienden en Buenos Aires, tango y tammurriata tienen las mismas cadencias. Maradona, un artesano mágico, extrae milagros operados con engranajes del cilindro de su pie. Mejor no creer más en los milagros, Maradonapoli es oro; es el momento, tal vez…”.

Aquel día Maradona permitió que aquella ciudad del sur incomodara a la poderosa Juventus del norte en la cima de la Serie A del Calcio. Su actuación fue sobrenatural y significó el prolegómeno para lo que se vendría dos años después: el campeonato que pronosticó Mura y que posibilitó que Maradona, el hombre-ciudad de la Nápoles del sur, venciera finalmente al poderoso norte.

3. El gol imposible

Ese 3 de noviembre de 1985, por la 9ª fecha del campeonato de la Serie A de italia, Nápoli recibía a la Juventus de Michel Platini en el Estadio San Paolo -la estrella de la Vecchia Signora venía de ganar tres balones de oro consecutivos-. El equipo de Turín, era el vigente campeón de la Copa de Europa; y posteriormente ganador de esta Liga y la Copa Intercontinental que obtuvo por penales doblegando a Argentinos Juniors, tan solo 35 días después.

El partido finalizaría 1 a 0 a favor del equipo local, para el delirio de los tifosi napolitanos luego de doce años de espera, con una actuación soberbia de Maradona. Pero lo que haría que este encuentro marque un antes y un después en la relación afectiva eterna entre Nápoli y Maradona fue el gol de tiro libre indirecto dentro del área que marcaría las cifras definitivas del partido.

- Pasámela a mí

- Pero... ¿cómo vas a patear?

- Dámela.

- ¡Pero no se puede patear desde acá, es imposible!

- ¡Dámela!

La discusión previa con el mediocampista Eraldo Pecci fue el antecedente inmediato a la hazaña. “Fue una jugada que sólo un genio como Diego podría convertir en gol. Es la ventaja que tienen los grandes, que piensan y ejecutan cosas que los demás pueden apenas imaginar”, dijo tiempo después Pecci.

Con una barrera adelantada a menos de cinco metros, Diego desafió lo imposible. El arquero de la Juventus, Stefano Tacconi, se estampó contra el palo izquierdo en vano.

Difícil será volver a ver un recorrido de pie similar al de Maradona en la ejecución de ese tiro libre. Cuando vemos un gol nuestra visión sigue la pelota, pero si en lugar de eso vemos la pierna izquierda de Diego, veremos un movimiento tan poco habitual como sublime. Luego que el pie impacta la pelota, el mismo continúa su recorrido dejando el tobillo girando en el aire y produciendo una especie de latigazo de costado. Algo tan efectivo, a la hora de generar el efecto y la fuerza necesarias para convertir el gol en esas circunstancias tan poco habituales, como estéticamente bello y único.

Como si de un guión de película se tratara, Maradona dejaba en ridículo a la representación futbolística del norte italiano: un equipo repleto de laureles y figuras. Sería el preludio de lo que llegaría a lograr en el conjunto celeste en los años siguientes.

En palabras del propio Maradona, aquella jornada del 3 de noviembre de 1985 comenzó el gran amor: “A partir de ese día me metí en el corazón de los napolitanos para siempre”.

4. La parábola de Maradona

La parábola de Maradona reconstruye matemática y geométricamente, la trayectoria de la pelota en el gol convertido ese día. La técnica, el talento y la estética sublime en ese movimiento del pie izquierdo de Diego es imposible de reproducir, pero la trayectoria de la pelota es un dato calculable. Ese momento, desde el impacto del pie de Maradona hasta que la pelota cruza el arco de la Juventus, es lo que esta investigación presenta. Ese momento único y su carga histórica representada en la parábola de la pelota.

Para construir la parábola del tiro, se calculan primero los recorridos bidimensionales (trazados en ejes X e Y) en planta y sección por separado. La posición de la pelota se evalúa mediante ecuaciones de movimiento parabólico. Las dos parábolas permiten luego construir tridimensionalmente las elipses que contienen cada una de las dos parábolas parciales. La intersección entre ambas elipses constituye la parábola final del disparo de Maradona, con desplazamiento en los tres ejes (X, Y y Z).

Construcción geométrica de la parábola paso a paso:

_ Se calculan por separado, mediante ecuaciones de movimiento parabólico, las parábolas en planta y sección de acuerdo a los siguientes datos iniciales: Ángulo de salida, altura máxima en Z, distancia de recorrido en X e Y, tiempo en el aire y peso de la pelota.

_ Se construyen geométricamente ambas parábolas por separado.

_ Se construyen las dos elipses tridimensionalmente, las cuales contienen cada una de las parábolas (elipse 1 > planta / elipse 2 > sección)

_ Ambas elipses constituyen el andamiaje geométrico, cuya intersección permite construir la parábola final / trayectoria de la pelota = La parábola de Maradona.


Nota: Algunos datos de este texto fueron extraídos de artículos de Infobae y de de Adrián Michelena para Pagina 12

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